Porque la promesa es para vosotros, para vuestros hijos y para todos los que están lejos…” (Hechos 2:39).
La Carta ha comenzado su camino. No se detendrá.
Lo que Dios dice cada semana se convierte en una carta del Reino para ti.
« Porque la promesa es para vosotros, para vuestros hijos y para todos los que están lejos. » (Hechos 2:39)
Cada carta escrita a las naciones proviene de enseñanzas, seminarios, conferencias y campamentos
orquestados por el Espíritu Santo a través de los Apóstoles para edificar la Iglesia.
Un mensaje que sigue vivo en la bocas de otros. Lo que he oído, lo repito, lo comparto. Una sola voz no hace eco. Hace falta un espacio, un grupo, un corazón abierto.
Un mensaje puede tocar un corazón.
Pero cuando pasa por una comida, una oración, un silencio compartido o un grito de alegría… cobra vida.
Los ecos nacen donde la Palabra se encarna: en familias impactadas, historias de fe, avances recibidos, sanidades contadas.
La comunión, el pan compartido, los testimonios vivos: no pertenecen al pasado. Siguen resonando, de casa en casa. De boca en boca.
La Carta Real también busca ser un canal para promover sus plataformas necesarias para el desarrollo de los hijos del Reino.
Expansión
Ir de un lugar a otro… para hacer el bien
Porque amar también es alimentar, vestir, cuidar, educar. Cada suscripción se convierte en una acción concreta. Un gesto para toda la vida, aquí o en otra parte.
y expandir el Reino… 🌍
El Reino no se expande solo con palabras, sino con pasos. Los sembradores son enviados. Las tierras son conquistadas. Y tú puedes formar parte de ello.
Porque la promesa es para vosotros, para vuestros hijos y para todos los que están lejos…” (Hechos 2:39).
La Carta ha comenzado su camino. No se detendrá.
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