Los dos tipos de escándalos que Satanás ha planeado para hacerte abandonar la fe

« No se combate lo que no es peligroso. » Si la Iglesia está tan atacada, es porque representa la única institución en la tierra capaz de aterrorizar el reino de las tinieblas y aniquilar las obras del diablo. ¿Entiendes por qué el diablo te combate? No te tiene a ti en la mira en primer lugar. ¡Es lo que llevas! ¡Es el fuego que portas! ¡Es la luz que irradias! Él sabe que un solo hombre, una sola mujer decidida a seguir a Jesús hasta el fin puede poner patas arriba toda una ciudad, todo un país, toda una generación. Por eso ha planificado dos tipos de escándalos para hacer caer a quienes siguen a Jesús. Pero hoy vengo a decirte… ¡Va a fracasar en el nombre de Jesucristo!

¿Hay alguien ahí? ¡No dijiste amén! Entonces abre bien tus oídos porque esta palabra es para ti. En Judas 1:3, está escrito:

Me sentí obligado a exhortaros a luchar ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

Esta mañana, el Espíritu Santo me envía para impulsarte a luchar… no contra carne ni sangre, sino por la fe que te ha sido confiada. ¡Porque la fe va a ser atacada! El diablo tiene un plan. Y si no tienes raíces, si no estás arraigado en la Palabra de Dios, si no estás establecido en el amor de Cristo, entonces una sola ofensa, una sola persecución puede bastar para escandalizarte y arrancarte del camino de la vida.

¿Por qué combate Satanás la fe?

¡Porque quien posee la fe posee el poder de Dios! Pablo declaró en Romanos 1:16:

No me avergüenzo del Evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree.

El mensaje de Jesucristo es una bomba espiritual contra las injusticias, contra la esclavitud del pecado, contra los lazos familiares demoníacos. Ningún otro mensaje, ninguna otra ideología, ninguna religión tiene el poder de resucitar a un muerto, de restaurar un corazón quebrantado, de liberar un alma atormentada. El budismo no lo hace. Tampoco el hinduismo. Y todas las filosofías se han inclinado ante la realidad de la tumba. Pero uno solo murió, uno solo descendió a las regiones inferiores de la tierra, uno solo tomó las llaves del Hades: ¡Jesucristo! Él subió, vivo para la eternidad, y nos hizo sentar con Él en los lugares celestiales. ¡Que alguien diga amén!

Por eso el diablo te combate. No le teme a tu voz, le teme a tu fuego. Él sabe que un criminal como Moisés puede convertirse en un libertador. Sabe que un impuro puede convertirse en un ganador de almas. Sabe que un alcohólico puede convertirse en un predicador. ¿No entiendes por qué eres atacado? ¡Es porque llevas una semilla, una palabra que tiene el poder de transformar todo tu entorno! Y por eso Satanás ha preparado dos tipos de escándalos.

Primer escándalo: el acontecimiento que ofende tu alma

El escándalo – la palabra griega es scandalizo – es una ofensa, una piedra de tropiezo. Es un choque, un sacudón que estremece tu alma al punto que ya no sabes si seguirás a Jesús. Y el primer tipo de escándalo es un acontecimiento. Una muerte, una injusticia, una calumnia, una tribulación… Pero el verdadero problema no es el acontecimiento. Jesús lo dice en Mateo 13:20-21.

El que oye la Palabra y la recibe con alegría, pero no tiene raíz en sí, es de corta duración; cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la Palabra, luego tropieza.

No es la prueba lo que destruye, es la falta de raíz.

Ves, hay acontecimientos que si no estás arraigado, harán tambalear tu fe. Serás sacudido. Caerás. No fuiste preparado. No oraste para que tu corazón fuese profundo, para que estuviese arraigado en el amor de Dios, en el conocimiento de Dios, en la revelación de su fidelidad. Y entonces viene la prueba. No viene para matarte, viene para probar tu fe. Y si no estás firme, vas a decir: «¿Para qué? ¿Por qué orar? ¿Por qué perdonar? ¡Yo me detengo! He sido demasiado herido. He sido demasiado maltratado.»

Pero no son los acontecimientos los que te hunden. Es tu falta de profundidad. ¿Alguien me sigue?

Cada cosa que me impulsa a decir: «Prefiero dejar de dar, de amar, de servir, de orar», es un escándalo. Un corazón ofendido dice: «Ya no vale la pena. Prefiero volver a mi vida de antes.» Aunque estés físicamente en la iglesia, si ya no vives según la Palabra, has sido escandalizado. Y hoy anuncio, por el Espíritu Santo, ¡que esa trampa se rompe en el nombre de Jesús!

Segundo escándalo: las personas que destruyen la fe

El segundo tipo de escándalo son las personas. Y entre ellas, se encuentran las trampas más peligrosas para las almas inmaduras. Jesús lo dice en Lucas 17:1:

Es imposible que no vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vienen!

Estas personas practican cosas que quebrantan la fe de los débiles. Se hacen llamar pastores, profetas, apóstoles… pero en realidad son agentes infiltrados por el enemigo en la casa de Dios. Falsos profetas, falsos pastores, manipuladores, abusadores.

Y tú, estabas bien dispuesto, querías avanzar, querías entregarte… Pero esa persona te rompió. Te abusó. Viste el horror en la casa de Dios. Entonces dijiste: «Basta. Se acabó.» Tal vez continuaste con la apariencia, el ritual, la asistencia. ¿Pero la fe? La abandonaste. Ya no practicas la Palabra. Crees que Dios existe. Pero ya no vives para Él. Has sido escandalizado.

¿Entiendes ahora por qué Jesús dice: «¡Ay de aquel por quien viene el escándalo!»? A causa de esa persona, un pequeño, un frágil, uno bien dispuesto fue destruido.

Pero el Espíritu Santo te dice hoy: ¡nunca más dejes que una criatura decida tu eternidad! ¿Quieres conservar un novio, una novia, a costa de Dios? Pero esa persona te va a soltar. Solo Dios prometió: «Nunca te dejaré». Nunca más dejes que alguien te empuje a abandonar al autor de la vida. Ellos no son tu modelo. La iglesia no es tu fundamento. ¡Es Jesús! ¡Es su Palabra!

Y en Mateo 24:10, Jesús dice:

Muchos tropezarán entonces, y se traicionarán unos a otros, y se odiarán entre sí.

Y muchos abandonarán la fe. ¿Ves lo que pasa a nuestro alrededor? Afuera, la persecución. Adentro, la confusión. Satanás lanza un ataque coordinado. Sabe que la verdadera iglesia es su peor pesadilla. Entonces siembra cizaña entre el trigo. Envía leones disfrazados de ovejas. ¿Cuál es el objetivo? Hacerte decir: «Estaba mejor antes. Me rindo.»

Pero si entiendes esto, ya no volverás a caer en la trampa. Este espíritu de confusión es una trampa estratégica para que abandones la fe y seas descalificado. Pero el diablo es un mentiroso. Estás en el lugar correcto. La Iglesia es atacada porque carga un mandato. Tú formas parte del ejército más peligroso contra las obras del maligno.

Así que hoy, toma una decisión firme. No vomites la Palabra cuando es difícil. Clama a Dios: «¡Señor, hazme amar tu Palabra!» Clama a Dios: «¡Quiero estar arraigado en tu amor, en tu verdad! ¡No permitas que siga siendo un cristiano superficial!» Oh Señor, aunque caiga, me levantaré. ¡Mi alma dice: tenme misericordia! ¡Seguiré a Jesús, cueste lo que cueste, hasta la eternidad!

Oremos juntos

Padre, vengo a Ti hoy como un soldado cansado pero determinado. He entendido las artimañas del diablo. Rechazo caer en sus escándalos. Dame un corazón arraigado en tu amor. Arráigame en la fe. Restaura mi camino hacia tu Palabra viva. Aunque haya caído, me levanto y regreso a tu luz. Te escojo a ti, una y otra vez. En el poderoso nombre de Jesús, ¡amén!

🙏 Si nunca le has entregado tu vida a Jesús, haz esta oración con fe:

Señor Jesús, hoy te entrego mi vida. Reconozco que he pecado, que he abandonado tu Palabra. Pero creo que moriste por mis faltas, y que resucitaste para salvarme. Dame tu Espíritu Santo. Cambia mi vida. Haz de mí un discípulo que camina contigo cada día. En el nombre de Jesús, amén.

En el corazón de la Biblia

• Mateo 13:20-21 – La Palabra en los suelos pedregosos
• Lucas 17:1 – Es imposible que no haya escándalos
• Judas 1:3 – Luchar por la fe dada una vez para siempre
• Romanos 1:16 – El Evangelio, poder de Dios para salvación
• Romanos 12:1 – El sacrificio vivo
• Lucas 9:23 – Tomar su cruz cada día

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