01/08/2025-Planifica tu obediencia para una elevación segura

Miércoles 08/01/2025

Muchos toman grandes decisiones y hacen votos hermosos, pero pocos llegan a planificar su transformación. Pocos comprenden que no es la simple intención la que cambia una vida, sino una decisión firme seguida de una acción metódica. Esta semana, vimos juntos la importancia de planificar nuestro carácter, nuestra consagración y nuestra prosperidad en 2025. Entendimos que la fidelidad a Dios no es una improvisación, sino un compromiso estructurado. Ahora, detengámonos un momento y miremos cómo aquellos que se atrevieron a caminar según esta revelación vieron sus vidas volcarse hacia la gloria. No se trata de un concepto abstracto, sino de un principio divino que Dios ya ha demostrado muchas veces. Él transforma a quienes se entregan por completo a Él, quienes alinean su existencia con Su plan perfecto, sin reservas ni compromisos. ¿Estás listo para ver cómo Dios cambia una vida que decide obedecerle estratégicamente? Entonces déjame llevarte a la historia de un hombre que eligió no vivir al azar, sino estructurar su obediencia a Dios.

José era un soñador, pero no era sólo eso. Muchos ven su elevación como un simple golpe del destino, una casualidad afortunada. Pero así no obra Dios. José era un hombre que había entendido que Dios tenía un plan, y se sometió a él con disciplina. Esclavo en casa de Potifar, destacó no sólo por su trabajo, sino por su integridad. Nada lo obligaba a mantenerse firme ante los avances de la esposa de su amo. Muchos hombres habrían cedido, se habrían rendido ante las circunstancias, habrían buscado excusas. Pero José había decidido de antemano: «¿Cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?» (Génesis 39:9). Esta frase revela su planificación espiritual: había tomado la decisión de no contaminarse, como también lo haría Daniel siglos después. No fue en el momento de la tentación que buscó una respuesta. Ya la conocía.

Su obediencia no lo elevó de inmediato, al contrario. Fue acusado injustamente y arrojado a prisión. Pero incluso allí, no cayó en la amargura, no pasó sus días lamentándose por la injusticia. Eligió ser fiel y diligente. Dirigió la cárcel como si dirigiera un palacio. Invirtió cada temporada de su vida para crecer, sirviendo con excelencia incluso en medio de la aflicción. No era un hombre que se dejaba llevar por las circunstancias. Era un hombre que planificaba, que estructuraba su fidelidad golpe tras golpe, día tras día. No sabía cuándo vendría la hora de la promoción. Pero se preparaba activamente para ello.

Un día, llegó la oportunidad. El faraón buscaba a un hombre capaz de interpretar su sueño. Y José no sólo tenía el don de interpretación, sino también la sabiduría de un hombre que había aprendido a planificar. No se conformó con revelar al faraón el significado del sueño. Le dio una estrategia, un plan detallado para enfrentar la hambruna venidera. Había entendido que la bendición no es fruto de la improvisación, sino de la preparación orquestada bajo la dirección del Espíritu Santo. El faraón reconoció esa sabiduría y dijo: «¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?» (Génesis 41:38). Esto es lo que produce una vida sólidamente planificada en Cristo.

Muchos claman a Dios para que los eleve, pero no se preparan para la elevación. Quieren brillar sin estructura. Sueñan con influencia sin disciplina. Reclaman abundancia pero aún viven en la aproximación. Ahora bien, Dios no pone el poder en manos de quienes no están listos para sostenerlo. Él busca a José, a Daniel, a hombres y mujeres que no se contentan con desear la grandeza, sino que alinean su vida con acciones precisas hacia esa dirección. Lo que vives hoy es una temporada de preparación. ¿Qué estás haciendo con esa temporada? ¿Puedes decir que como José, inviertes cada instante, trabajas tu carácter, afirmas tu consagración? ¿O dejas que los días pasen sin una dirección precisa?

Deja de esperar la transformación en 2025 si no estás poniendo nada en marcha para provocarla. Dios ya ha previsto tu elevación, pero el alumno que no sigue las lecciones no puede ser promovido. Planifica tu crecimiento espiritual. Planifica tu integridad. Planifica cada paso que te lleve hacia la vida en abundancia que Cristo ha reservado para ti. Lo que quieres ver en diciembre de 2025, comienza a construirlo ahora. Cada decisión cuenta. Cada compromiso pospone tu avance. José no esperó la aparición del faraón para prepararse. Se transformó mucho antes.

Oremos juntos: Señor, demasiadas veces he esperado sin prepararme. He querido ver Tu mano, pero no tomé las medidas para estar alineado con Tu plan. Te pido perdón por cada negligencia, por cada oportunidad desperdiciada por la aproximación. Hoy elijo planificar mi crecimiento, estructurar mi fidelidad. Ayúdame a ser un José, a no esperar la elevación para comportarme como un rey, sino a ser fiel desde hoy en lo que Tú me confías. Quiero tener un testimonio que muestre que desde enero de 2025, comencé a edificar con diligencia. Fortaléceme, enséñame, guíame en esta nueva dimensión. En el poderoso nombre de Jesús, Amén.

En El Corazón de la Biblia: Génesis 41:38 – «El faraón dijo a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?»

📌 ¿Acabas de hacer la oración para entregar tu vida a Jesús?  Haz clic aquí.

📌 ¿Este artículo te ha impactado especialmente? Para compartir tu testimonio: haz clic aquí.

📌 ¿Te gustaría contribuir con una ofrenda o donación? Haz clic aquí

Hat dir dieser Artikel gefallen? Teile ihn!

Suscríbete a la Carta Real

Artículos recientes

Buscar

recevoir la lettre royale chaque semaine & les dévotions chaque jours

lettre royale

Un message du Royaume, chaque semaine, dans vos e-mails.