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Mártes 07/01/2025
Ayer escuchaste esto: nada cambia sin una decisión radical, nada se transforma sin un plan preciso. Hoy es tiempo de actuar. El entendimiento por sí solo no basta, es necesario un paso inmediato hacia la acción. Demasiadas veces escuchamos mensajes poderosos, nos sentimos tocados, inspirados, pero postergamos la puesta en práctica. El “después” se convierte en “nunca”. Hoy, Dios no quiere simplemente que seas un oyente, sino un hacedor de la palabra (Santiago 1:22). Es el momento de tomar acciones concretas que harán inevitable tu transformación y tu avance en 2025.
Mira a Daniel: no solo tuvo la intención de mantenerse puro, tomó una decisión firme y ajustó de inmediato sus acciones a esa decisión. Esa firmeza, esa voluntad de alinear sus elecciones con su destino, fue lo que le abrió las puertas del favor divino. De la misma manera, es imperativo que, desde hoy, no te quedes en el sueño sino que entres por la puerta a través de decisiones prácticas. Tomar una resolución sin acción inmediata es como planear un viaje sin nunca tomar el camino. No se construye una carrera soñando que se trabaja. No se llega a la consagración esperando que ocurra. No se alcanza la libertad financiera lamentándola. Solo la obediencia activa abre los cielos.
Mira a la viuda de 2 Reyes 4:1-7. Estaba endeudada, desesperada, pero la instrucción profética no fue llorar ni esperar un milagro pasivo. No, Eliseo le preguntó: “¿Qué tienes en casa?” Ella creía que no tenía nada, pero había un frasco de aceite. Luego vino la acción: tuvo que ir a buscar vasijas, cerrar la puerta, y verter el aceite. Fue al aplicar la instrucción divina con celo que vio desplegarse la abundancia de Dios. Hoy, Dios te pide lo mismo: ¿qué hay en ti que debes aprovechar? ¿Qué decisiones espirituales y prácticas debes tomar de inmediato para liberar lo que Él ha depositado en tu interior?
Entonces, no postergues hasta mañana lo que debe iniciarse hoy. Aquí es donde debes comenzar: 1) Toma una hoja y escribe una declaración clara sobre tu carácter: ¿cómo debes evolucionar para parecerte más a Cristo de aquí al final del año? ¿Qué hábitos, actitudes y relaciones debes abandonar hoy? No seas vago, sé específico. 2) Planifica tu consagración: anota los días fijos en los que vas a ayunar, las horas en las que vas a orar diariamente y el tiempo semanal que vas a dedicar a la meditación personal de la Palabra. Lo que no planificas, lo descuidas. 3) Comprométete a sembrar desde hoy. Fija un objetivo financiero para dar en el Reino y establece una acción concreta para generar ingresos fuera de tu salario. Emprende un proyecto, comienza a aprender una nueva habilidad, busca inspiración sobre lo que puedes producir.
La mayor trampa es la espera. Esperar a que todo sea perfecto, esperar tener tiempo, esperar tener mejores circunstancias… Esperar es dejar que Satanás robe tu impulso. Hoy no basta con reflexionar, hay que accionar. La unción fluye sobre aquellos que se mueven, como Pedro que tuvo que poner los pies en el agua para ver a Jesús sostenerlo. Daniel decidió y actuó. La viuda escuchó y vertió. Pedro creyó y caminó. Ellos no esperaron, sino que actuaron de inmediato. ¿Y tú? Un año pasará rápido. Este día que estás a punto de vivir no se repetirá jamás. Haz que cuente.
Desafío del día: Antes de que acabe este día, escribe en blanco y negro tres decisiones específicas relacionadas con tu carácter, tu consagración y tu prosperidad. No te limites a escribirlas: comprométete delante de Dios proclamándolas en voz alta. Luego, compártelas con alguien cercano o con un mentor espiritual para reforzar tu compromiso. Por último, realiza una acción concreta en una de estas tres áreas para activar el proceso. Una sola acción hoy puede romper la inercia y lanzar una dinámica transformadora.
Oremos juntos: Señor, libérame de toda pasividad. Rompe en mí el espíritu de procrastinación y de pereza espiritual. Rechazo ser un oyente olvidadizo de Tu Palabra. Hoy tomo decisiones claras y las aplico de inmediato. Ayúdame a mantener mi determinación en el tiempo. Lléname de tu gracia para caminar con constancia en tu plan. Que mi carácter te glorifique, que mi consagración te deleite, que mi prosperidad sirva a tu Reino. Sello mi compromiso por el Espíritu Santo y declaro que 2025 no me dominará, sino que yo la dominaré con Cristo. En el nombre de Jesús. Amén.
En el Corazón de la Biblia: Santiago 1:25 – «Pero el que mira atentamente en la perfecta ley, la ley de la libertad, y persevera en ella, no siendo un oyente olvidadizo, sino un hacedor de la obra, ese será bienaventurado en lo que hace.»
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