Vivir la abundancia para poder compartirla

¿Puedes alabar al Señor? ¡Alábalo como nunca si quieres vivir la abundancia para poder compartirla! No estamos aquí para hacer bonito ni para ser religiosamente correctos. ¡Estamos aquí por vidas transformadas, por avances visibles, tangibles, que hablen por sí mismos y glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos!

Pero ¿por qué tantos cristianos siguen estancados financieramente? ¿Por qué aquellos que oran, ayunan, asisten a los cultos, siguen teniendo dificultades para avanzar profesional o empresarialmente? La respuesta es simple: muchos ignoran las claves bíblicas, estratégicas y prácticas que Dios nos ha dado para VIVIR en la abundancia, y no solo desearla.

Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que VEAN vuestras buenas obras (Mateo 5:16)

Sí, los hombres deben VER. ¡Dios es glorificado cuando la gente ve el resultado! No cuando explicas tus intenciones. Cuando VEN. Y para que vean, debes manifestar. Debes sobresalir. ¡Debes brillar! Y para eso, hay habilidades que desarrollar. Siete habilidades exactamente, reveladas a través del testimonio de David en 1 Samuel 16:18.

Siete habilidades. Siete dimensiones para beneficiarte de un favor divino duradero e impactante. Toma notas, ¡porque Dios va a hacer algo nuevo en tu vida!

Desarrolla una pericia técnica

«He visto a un hijo de Isaí que sabe tocar…» Por ahí empieza todo. Saber tocar. Tener una habilidad. Ser técnicamente excelente. Hoy, todos quieren destacar, todos quieren manifestar una grandeza sobrenatural, pero déjame hacerte una pregunta: ¿qué sabes hacer? ¿Cuál es tu pericia? ¿Cuál es tu especialidad? ¿Qué problemas sabes resolver?

David no accedió al palacio porque cantaba en la iglesia. Entró allí porque alguien notó su habilidad para tocar el arpa. Era excelente. No mediocre. No “más o menos”. Excelente. Siempre digo: los clientes o empleadores no buscan cristianos, buscan expertos. Si mañana te tienen que operar, te da igual si el médico es musulmán, budista o ateo. Quieres un buen cirujano, punto. Es igual en el mundo espiritual y profesional: sé excelente o sigue siendo invisible.

Deja de entregar trabajos mediocres. Tu Dios es un Dios de excelencia. Se tomó el tiempo de crearte, cada curva de tu rostro, cada fibra de tu ser. ¿Y tú crees que puedes honrar a ese Dios con informes mal redactados, correos llenos de errores, productos mal presentados? ¡No! Deja de ser negligente. Revisa lo que envías. Sube el nivel. Si quieres ver la abundancia, sé excelente.

Sé resiliente y fuerte de carácter

«Un hombre fuerte y valiente». Eso era él. Hoy se buscan cristianos capaces de resistir. Hijos de Dios resilientes. No frágiles espirituales que se dan por vencidos con la primera negativa. Amigo mío, si no desarrollas una fuerza interior, vas a repartir tu currículum por todas partes sin lograr establecerte. Vas a iniciar proyectos sin verlos prosperar jamás.

La resiliencia es la capacidad de enfrentar la hostilidad. He trabajado en ambientes tóxicos, hostiles, donde ya el domingo en la noche sentía un nudo en el estómago solo de pensar en el lunes por la mañana. ¿Sabes de lo que hablo? Pues esos, son campos de entrenamiento para tu carácter. Dios permite a veces la oposición para formar a Cristo en ti. ¿Tu jefe te desprecia? ¿La gente a tu alrededor te tiene envidia? Es el momento de aprender a bendecir a los que te persiguen, amar a quienes te maltratan y orar contra el espíritu que los mueve. ¿Quieres romper límites? Aprende a resistir.

No siempre basta con ser competente. Conocí a un hombre; era más brillante que muchos, pero se vino abajo emocionalmente por un correo mal redactado. Hermano, ¡recupérate! El éxito a largo plazo premia a quienes saben mantenerse firmes. Lo que Dios va a construir contigo, lo tienes que poder soportar.

Sé estratega como un guerrero

«Un guerrero». ¿Quieres tener éxito en todas partes? Entonces aprende estrategia. David sabía manejar estrategias militares. No se lanzaba a lo loco. Estudiaba a sus adversarios, a sus enemigos, a sus obstáculos. ¿Quieres sobresalir en el mundo de los negocios? ¿En el ámbito laboral? ¿En los estudios? Aprende a pensar, a planificar, a anticiparte.

En cada ambiente hay códigos. ¿Entras en una empresa? Desmenuza sus reglas no escritas. Observa, adáptate, analiza. Muchos creyentes creen que basta con orar en lenguas para hacerse un lugar. No. Daniel, en Babilonia, entendía el protocolo. José dominaba las dinámicas de la corte egipcia. Tú también, conviértete en estratega.

Empieza por tener una visión clara. Saber adónde vas. Luego una misión definida: por qué vas. Muchos quieren ser CEO sin entender que no es un título lo que te califica, sino tu capacidad para llevar la visión. ¿Quieres ser el capitán de un barco? Aprende a navegar.

Sé un excelente comunicador

«Habla bien». Otro detalle clave. La forma en que hablas, la forma en que escribes: todo eso te posiciona. Puedes ser competente, pero si no sabes expresarte, te quedarás en las sombras. ¿Envías correos confusos, haces presentaciones desordenadas, hablas con inseguridad? ¡Fórmate! Aprende. Y no esperes a ser rico para hacerlo.

La IA existe; ¡úsala con inteligencia! Aprende a estructurar tus correos, a redactar con claridad. En una reunión, la gente debe querer escucharte. Que tu discurso tenga peso, que tu mensaje inspire confianza. ¿Sabes vender un producto? Muy bien. Pero aprende también a vender una idea.

Cuida tu imagen profesional

«De buena presencia». No es solo estética, es profética. La imagen que proyectas dice algo de ti antes de que abras la boca. Vístete con seriedad. No necesariamente caro, pero limpio, cuidado, armonioso. Incluso en la parte más remota del mundo, puedes inspirar respeto con tu apariencia.

¿Llegas mal vestido, descuidado? ¿Qué crees que van a pensar de tu trabajo? “Seguramente tan descuidado como su camisa arrugada”. Cuida tu presentación, tu porte, tu andar, tu estilo. Un embajador no se viste según el país donde está, sino según el Reino que representa. ¡Representa a tu Dios con dignidad!

Desarrolla la polivalencia

David era «hábil en todo». ¿Quieres quedarte en el mismo puesto toda tu vida? No toques nada más. Pero si quieres avanzar, aprende algo más. Eleva tu polivalencia. ¿Eres empresario? Aprende contabilidad. Fiscalidad. Marketing. Recursos Humanos.

Esa es la mentalidad del liderazgo. No te especialices hasta llegar a la ignorancia. Diversifica. Soy doctor en derecho, pero estudio teología, management, marketing digital. ¿Quieres liderar? Debes ampliar tu comprensión del mundo en que vives. Aprende. Fórmate una y otra vez. No hay edad para aprender. El estancamiento financiero siempre empieza por el estancamiento intelectual.

Haz de Dios tu fundamento

Y la última, pero sobre todo, la más importante. «El Señor está con él». Esa es la clave que cambia las reglas del juego. Dios estaba con él. Su presencia lo acompañaba. Sin eso, las otras seis claves se quedan en lo natural, en lo limitado. Pero con Dios en ti, Dios sobre ti y Dios a través de ti, ya no hay límites.

Yo escogí hacer del Espíritu Santo el Presidente Director General de mis empresas. El cazatalentos de mi carrera. No me muevo sin Él. No elijo nada sin Su instrucción. Y es Él quien me inspira, incluso cuando escribo tesis doctorales. Su voz me guía, Su fuego me impulsa, Su sabiduría habita en mis decisiones.

El secreto de la unción duradera, es buscarle sin cesar, permanecer en Su presencia, servirle con pasión. No lo hagas por un contrato, no lo hagas por dinero. ¡Sírvele porque lo amas! Y cuando Él ve tu entrega, cuando siente que vives para Él, desata el favor. Como Marcel, ese hermano empresario de Douala, que después de una simple oración de bendición, los clientes lo llamaron con contratos en cascada. ¡Esa es la potencia de Dios!

Oremos juntos

1. Señor, hoy entiendo que Tú quieres elevarme para que Yo te glorifique y bendiga a los demás. Te consagro mis habilidades, mis proyectos y mis talentos. Hazme excelente, audaz y estratega en el nombre de Jesús.

2. Espíritu Santo, sé el manager de mi carrera, el PDG de mis actividades, el coach de mi desarrollo. Inspírame, dirígeme, corrígeme. Quiero manifestar Tu inteligencia en mi área, en el nombre de Jesús.

🙏 Si nunca has entregado tu vida a Jesús, haz esta oración con fe:

Señor Jesús, reconozco que te necesito. Creo que moriste por mis pecados y que resucitaste. Hoy te acepto como mi Señor y Salvador. Transforma mi vida y guíame en Tu camino. Amén.

En el corazón de la Biblia

• 1 Samuel 16:18 – Las siete habilidades de David
• Mateo 5:16 – Que vuestra luz brille
• 2 Corintios 8:9 – Se hizo pobre para que fuéramos enriquecidos
• Juan 14:26 – El Espíritu Santo os enseñará todas las cosas
• Proverbios 3:9 – Honra al Señor con tus bienes
• Juan 10:10 – El ladrón viene a destruir, pero Yo doy vida en abundancia
• Romanos 12:1 – El sacrificio vivo
• Lucas 9:23 – Tomar su cruz cada día

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