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lettre royale
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¡Alguien diga Amén! Este año no solo vas a esperar una transformación, ¡vas a planificarla! La mayoría de las personas hacen planes para su carrera, para sus vacaciones, para su negocio, ¿pero quién planifica su carácter? ¿Quién planifica su intimidad con Dios? ¿Quién planifica su nivel de consagración y de impacto en el Reino? 2025 no será un año al azar, sino un año en el que vas a forjar intencionalmente tu ser, tu compromiso espiritual y tu prosperidad.
Daniel 1:8 : Daniel se propuso firmemente no contaminarse.
Antes de que Dios interviniera con Su favor, antes de que lo sobrenatural aconteciera, Daniel ya había decidido. No esperó a ser influenciado, tomó una posición firme. ¡Es tu decisión la que atrae el favor de Dios! ¡Es tu decisión la que activa la provisión divina! Pero no basta con decidir, también se debe planificar. Porque sin planificación, los deseos se quedan en buenos propósitos.
Isaías 46:10 : Yo anuncio desde el principio lo que ha de venir.
Dios no hace nada al azar, Él prevé, Él estructura, ¡Él programa! Así que si quieres caminar con Él, ¡tienes que hacer lo mismo! Este año, no dejes nada al azar, no dejes tu carácter al azar, ni tu crecimiento espiritual, ni tu prosperidad a la suerte. ¡Decide, planifica, ejecuta!
Hay niveles que no puedes alcanzar con un carácter inestable. Oras para ser elevado a la dimensión de las águilas, ¿pero quieres conservar actitudes de paloma? ¡Imposible! Hay una altitud que solo las águilas pueden alcanzar, pero eso requiere disciplina, un corazón hambriento de Dios y una separación total de aquello que contamina.
¡Mira a los apóstoles, mira a Pablo! ¡Nunca dejaron su carácter al azar! No era simplemente una oración estilo “Señor, cámbiame”. ¡No! Aprendieron a crucificar su carne cada día. Así que 2025 será el año en que ya no vas a tolerar esa ira que te domina, esa impureza que te persigue, esas críticas que alimentan tu amargura, esa tibieza que ahoga tu vida espiritual. ¡Tienes que planificar tu carácter!
¡Si puedes comer tres veces al día, entonces también puedes meditar tres veces al día! Así es como el Espíritu de Dios va a moldear tu naturaleza y vas a reflejar Su imagen.
2 Timoteo 3:1-5 : Orgullosos, egoístas, calumniadores, ingratos… ¡Apártate de esa gente!
Así que toma un bolígrafo, toma un cuaderno y haz tu plan de carácter. ¿Dónde quieres estar de aquí a diciembre? ¿Cuáles serán tus actitudes? ¿Cómo vas a fortalecerte cada día para ser esa persona? Toma un compromiso serio, y te garantizo que al final del año, ¡tu entorno no te reconocerá!
No basta con amar a Dios en teoría, ¡eso debe sentirse en tu estilo de vida! Este año, tus sacrificios hablarán por ti. ¡No dejes que tu compromiso sea aleatorio! ¿Quieres orar más este año? ¡Planifícalo! ¿Quieres ayunar? ¡Planifícalo! ¿Quieres evangelizar? ¡Planifícalo!
Proverbios 21:5 : Los planes bien pensados llevan a la abundancia.
No solo a la abundancia financiera, sino a la abundancia espiritual, a la abundancia de favor, ¡a la abundancia de poder! Este año, debes establecer hitos concretos y no vagos.
¡No dejes eso a la improvisación!
Muchos oran por la prosperidad pero nunca la planifican. ¡No es ignorando los principios bíblicos como verás la abundancia divina!
2 Reyes 4:1-7 : ¿Qué tienes en tu casa?
La multiplicación comienza con lo que ya tienes. Hay una veta de riqueza en ti que nunca has explotado. Hay talentos, aptitudes, una sabiduría que Dios ha depositado en ti.
Dios no da sin propósito, ¡Él da a los sembradores! Así que conviértete en un canal y deja que la abundancia fluya a través de ti.
1. Padre, tomo la firme decisión de no vivir más al azar. Planifico mi carácter, planifico mi consagración, planifico mi prosperidad según Tus principios.
2. Rechazo una vida tibia y mediocre. ¡Manifiesta a Cristo en mí, cambia mi ser y hazme parecerme a Ti!
3. Dame la disciplina para establecer un plan preciso y la gracia para ejecutarlo con fidelidad. Que este año lleve mucho fruto para la gloria de Tu Nombre.
En el poderoso Nombre de Jesús, ¡amén!
Señor Jesús, reconozco que Te necesito. Creo que moriste por mis pecados y que resucitaste. Hoy te acepto como mi Señor y Salvador. ¡Transforma mi vida y guíame por Tu camino! Amén.
- Romanos 12:1 – El sacrificio vivo
- Lucas 9:23 – Tomar su cruz cada día
- Santiago 1:22 – Pongan en práctica la Palabra
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